De traiciones y de traidores

De traiciones y de traidores

De traiciones y de traidores



Francisco Martín Moreno
en REFORMA

26 Abr. 2022

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3 min 30 seg


"Nadie en la historia de México
olvidará jamás mi nombre...".

Santa Anna
en su lecho de muerte
 
 
Según George Bataille, "el peor castigo que se le puede imponer a los mexicanos es que se autogobiernen...". Las traiciones comenzaron cuando Iturbide clausuró el congreso; años más tarde, Guerrero se convirtió en un golpista, Santa Anna clausuró 3 veces el congreso, traicionó la Constitución de 1824, volvió 7 veces al poder, se constituyó en dictador y se vendió el presidente Polk. ¿Más traiciones? Los Polkos estallaron una rebelión en contra del gobierno, promovida por el clero católico en plena invasión yanqui de 1847 y para rematar el siglo XIX, Porfirio Díaz, el gran enterrador del liberalismo mexicano, un golpista supuestamente antirreeleccionista, instaló una dictadura de más de 30 años...

Entre traiciones, fusilamientos y asesinatos en el siglo XIX, ahí está Hidalgo: traicionado y fusilado; Allende, traicionado y fusilado; Aldama, traicionado y fusilado; Jiménez, traicionado y fusilado; Morelos, fusilado; Miguel Bravo, fusilado; Mina, fusilado; Iturbide, fusilado; Guerrero, traicionado y fusilado; Melchor Ocampo, asesinado; Santos Degollado, asesinado, sin olvidar a Maximiliano, Miramón y Mejía, esos sí, afortunadamente fusilados...

El siglo XX volvió a exponer la incapacidad de resolver nuestras diferencias por medio de la palabra y no de la bala: Aquiles Serdán, asesinado; Madero, traicionado y asesinado; José María Pino Suárez: traicionado y asesinado. Gustavo Madero, traicionado y asesinado; Belisario Domínguez, asesinado; Serapio Rendón, asesinado y Adolfo Gurrión, entre los más notables, igualmente asesinados. Emiliano Zapata, traicionado y asesinado; Felipe Ángeles, fusilado. Carranza, traicionado y asesinado. Villa, asesinado; Field Jurado, traicionado y asesinado; Salvador Alvarado, asesinado; Carrillo Puerto, fusilado; Francisco Serrano, asesinado en 1927, junto con otras víctimas de la diarquía Obregón-Calles. La siniestra cadena continúa con Arnulfo Gómez, fusilado y finalmente Álvaro Obregón, asesinado después de traicionar el máximo postulado de la revolución: "Sufragio Efectivo. No Reelección". Calles traicionó la revolución y la democracia al instaurar el Maximato, con aquello de que "el presidente vive aquí pero el que manda vive enfrente". Con Calles y la Dictadura Perfecta se confirma la tesis de François Revel cuando sentenció que "las revoluciones sirven para concentrar aún más el poder o no sirven para nada". ¿Ejemplos? Rusia, Cuba, China, México, Venezuela, etcétera...

¿Más traiciones? Los fraudes electorales del PRI ejecutados a lo largo del siglo XX. ¿Qué tal Colosio?

Nuestro país se desangró y destruyó durante la guerra de independencia. Años más tarde, Estados Unidos nos despojó brutalmente de más de la mitad del territorio nacional. Cuando en 1848 descendimos la bandera de las barras y de las estrellas de Palacio Nacional, resultaba imposible imaginar que 10 años después estallaría la Guerra de Reforma, otra devastación que concluiría en 1861, para que en 1862, padeciéramos la intervención francesa. La violencia y los ultrajes no terminarían porque 50 años después estallaría la revolución para volvernos a matar entre nosotros, tal y como volvió a ocurrir en la rebelión cristera.

Nos autogobernamos a la voz de "¡fuego!" o a la de "¡mátenlos en caliente...!" o "¡fusílenlos y luego averiguamos...!" o "¡háganse cargo de ellos...!" al estilo obregonista. Sin embargo, ahora sucede que los amantes del Estado de Derecho y de la democracia somos conservadores, reaccionarios y traidores porque defendemos la legalidad, el honor y vigencia de la República...

Cuando Porfirio Díaz declaró a Creelman en 1908 "que México estaba finalmente listo para la democracia", me pregunto, si después nuestra dolorida historia, los mexicanos de hoy, los conscientes del peligro y del daño, ¿luchamos lo suficiente, desde nuestras respectivas trincheras, para honrar la herencia de nuestros ancestros o asistiremos resignados a un nuevo desastre con sus terribles consecuencias?

¿Nuestra trágica y dolorida historia fue en vano? ¿No aprendimos nada? ¿De qué estamos hechos finalmente los mexicanos? Bien lo decía Benito Juárez: "Hay que seguir la lucha con lo que podamos hasta que podamos...".

 
www.franciscomartinmoreno.com